Dinámica: Lápiz, borrador y sacapuntas

¿Quieres ayudar a tu grupo para que aprenda a valorarse, reconocer las cualidades de los demás, sentirse instrumento en manos de Dios y plantear la propia vida como un regalo para los demás? Te invitamos a descubrir el ¿cómo? a través de la siguiente dinámica (experimento pastoral)

*Ambientación:
Algunos dibujos de lápices, borradores, sacapuntas.

DESARROLLO

1. Animador:
Realiza una introducción señalando lo siguiente: "somos, como sugiere la historieta gráfica del lápiz, hechura, «dibujos», regalo de Dios... Y no para guardarnos lo que somos, sino para darlo a los demás... Pero más que hablar yo... es preferible que les hable esta historia de El lá­piz, el borrador y el sacapuntas.
2. Representación (o teatro leído) del cuento:
(Personajes: C = Cronista, N = Niño; S = Se­ñora, L = Lápiz, SP = Sacapuntas; B= Borrador)
C.-Había una vez un precioso lápiz que vivía en una bonita papelería. Con él estaban otros lá­pices. Todos querían ser vendidos y soñaban con el chico o chica que sería su dueño. Pero nuestro amigo, a pesar de ser tan bonito no quería ser vendido. Cada vez que llegaba un comprador, el lápiz se escondía debajo de los borradores y sacapuntas que también vivían en aquel mostrador. Un día, llegó a la tienda un ni­ño. Entro con su padre. Pidió un lápiz y nuestro amigo, como de costumbre, intentó quitarse de en medio. Pero el niño dijo:
N.-Quiero ese lápiz, papá.
C.- La señora de la tienda respondió:
S.- Ahora mismo.
C.- Y el lápiz se vio cogido por el cuello. Pen­saba:
L.- ¿Qué será de mí..?
C.- El niño lo metió en su cartuchera con el borrador y el sacapuntas y se dirigió al colegio. Por el camino, el lápiz estaba superserio y borrador que se dio cuenta le dijo:
B.- No te queda bien estar tan serio.
L.- Verás yo no quiero estar aquí. Yo estaba muy tranquilo en la tienda.
B.- Estarás bien, serás de gran ayuda para este niño, contigo escribirá y dibujará.
L.- Pero mira lo que me estás diciendo. Si escribe y me usa, yo me gastaré. No tengo ganas de desgastarme.
C.- Intervino el sacapuntas:
SP.- No pienses así. Tú eres un buen lápiz y tienes que ayudar, gastarte siendo lo que eres.
 L.- Y... cuando mi punta se gasta, ¿tú me la afilarás? Cuando el niño escriba y se equivoque, borrador, ¿tú me borrarás? ¡A pesar de todo no quiero ser un buen lápiz; quiero volver a la tienda.
C.- Entonces llegaron al colegio. El niño sacó el lápiz de su cartuchera y empezó a escribir lo que la profe de matemáticas había puesto en la pizarra. Sonó el timbre para ir al recreo y el niño se marchó con sus amigos a jugar al pa­tio. El lápiz estaba aburrido. Pronto debería ser afilado porque la punta comenzaba a terminarse.
L.- No creas que me voy a dejar afilar.
C.- Le dijo gritando al sacapuntas que le mira­ba.
SP.- Tendrás que hacerlo. Si te gastas con cariño, te será todo más fácil y estarás más con­tento. Quizá ése sea el secreto de la felicidad.
C.- El borrador, que estaba al tanto, intervino:
B.- Mira, yo también me gasto de borrar y bo­rrar.. Pero lo hago con cariño porque sé que gra­cias a mí, nuestro amigo puede hacer bien los trabajos. Yo me gasto. Pero me encanta hacerlo porque quiero mucho a nuestro amigo. No recibo nada a cambio, pero con verle feliz me conformo.
C.- El lápiz estaba cada vez más asustando. El sacapuntas le dijo:
SP.- Mira, pensándolo bien es bueno que yo afile tu punta. La letra de nuestro amigo se verá así más clara.
C.- El recreo había terminado. El niño llegó. Cogió el sacapuntas en una mano y el lápiz en la otra y marchó hacia el basurero. El lápiz pensó:
L.- Ha llegado mi hora.
C.-La punta había salido preciosa y el niño satisfecho volvió a su sitio. El borrador preguntó al lápiz:
B.- ¿Te ha dolido mucho?
L.- Casi no me he dado cuenta. He pensado en hacer feliz al niño; aunque cada día me vaya haciendo más pequeño.
C.- Aquel día, el lápiz dio lo mejor de sí mismo a aquel niño. Eso le hacía feliz.. También el borrador se fue gastando... Un día los dos se gastaron del todo. El sacapuntas, un poco triste y alegre a la vez, oyó decir al niño:
N.- ¡Han sido el mejor lápiz y el mejor borrador que he tenido!
3. Palabra de Dios

Para profundizar puedes leer los siguiente textos
- El cuerpo y los distintos miembros (1 Cor 12,4­18); Jeremías instrumento de Dios (Jer 1,4-10).
- Proclamar alguno de estos textos bíblicos: Las semillas (Mt 13,1-23); Los talentos (Mt 25,14-30);
4. Preguntas para reflexionar
- ¿Qué sentimientos, ideas, hechos, perso­nas... hace recordar la narración?
- ¿Se puede decir que Cristo es el «lápiz y borrador» que se gasta y desgasta por los de­más? ¿Dónde se ve en el Evangelio? ¿A qué nos invita? Según el Evangelio ¿Cuál es el "secreto de la felicidad"?
5. Personalizar en silencio(con música de fondo)
Mi vida es como un «lápiz» ¿Qué he «escri­to» hasta ahora? AI final, ¿qué me gustaría haber «escrito»?
- ¿Dónde y a quiénes voy ayudando, dando mi vida? ¿Por qué lo hago?
(Variantes sencillas: escribir con lápiz una lista de cosas bien hechas. Tener una lista, escrita también a lápiz, con «cosas» propias de la edad, mal hechas... Invitar a «borrarlas»...)
6. Oración final
Escribir una oración que se titule: «Quiero ser lápiz en tus manos, Señor...» Otras variantes pa­ra gente mayor:
- Agradecer a Dios las personas que me han ayudado a ser lo que soy...
- Sentirse «dibujado» por la mano cariñosa de un Gran Artista: Dios...
7. Compromiso
- Como recuerdo de la reunión se puede regalar un lápiz a cada participante
- Organizar «La Campaña del lápiz» en favor de una Misión concreta...

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