Parábola: El Poblado de los caracoles
El poblado de Pestar es una de las mayores y de las más importantes ciudades de los caracoles en muchos kilómetros a la redonda, en la zona del Amazonas. Allí vive una familia compuesta por papá caracol, mamá caracol y dos hijos que les ayudan en las tareas del campo; el mayor se llama Daniel y el pequeño Sergio. Los dos se dedicaban a vender hojas. Sergio vendía más hojas y ganaba más dinero que su hermano Daniel. Un día, mientras iban a vender a un poblado cercano, un humano descuidado, pisó el caparazón de Daniel y se lo rompió, perdiendo toda su mercancía. Sollozando fue a su hermano, que se había enriquecido con las ventas, y le pidió dinero para comprarse un caparazón nuevo y poder pagar la mercancía perdida. Pero su hermano que era muy avaro, se negó. Daniel, triste, marchó a ver a su amigo el molinero; de camino se le apareció una gran «Desdicha» y Daniel, con lágrimas en los ojos, le pidió que se hiciera más pequeña que su ojo; la «Desdicha», viendo la injus