Parábola: El Poblado de los caracoles




El poblado de Pestar es una de las mayores y de las más importantes ciudades de los caracoles en muchos kilómetros a la redonda, en la zona del Amazonas. Allí vive una familia compuesta por papá caracol, mamá caracol y dos hijos que les ayudan en las tareas del campo; el mayor se llama Daniel y el pequeño Sergio.

Los dos se dedicaban a vender hojas. Sergio vendía más hojas y ganaba más dinero que su hermano Daniel.

Un día, mientras iban a vender a un poblado cercano, un humano descuidado, pisó el caparazón de Daniel y se lo rompió, perdiendo toda su mercancía. Sollozando fue a su hermano, que se había enriquecido con las ventas, y le pidió dinero para comprarse un caparazón nuevo y poder pagar la mercancía perdida. Pero su hermano que era muy avaro, se negó. Daniel, triste, marchó a ver a su amigo el molinero; de camino se le apareció una gran «Desdicha» y Daniel, con lágrimas en los ojos, le pidió que se hiciera más pequeña que su ojo; la «Desdicha», viendo la injusticia de la situación, cumplió su deseo. Desde ese momento comenzó a mejorar todo en su vida y se hizo casi tan rico como su hermano.

Sergio, al enterarse de lo sucedido, fue a su casa y le preguntó el porqué de ese cambio tan grande en su vida. Daniel se lo contó todo y al día siguiente, Sergio, quemó a propósito su mercan­cía y se puso a llorar para que se le apareciera una «Desdicha» también a el. Y esto es lo que pasó: La «Des­dicha», viendo que Sergio fingía, le dijo:

- Ya que me has estado buscando tanto, me has encontrado y no voy a separarme nunca más de ti.
La «Desdicha», haciéndose cada vez más grande, desapareció. A partir de ese día, a Sergio le sucedía una desgracia tras otra y empezó a empobrecerse poco a poco. Daniel al enterarse fue a ayudar a su hermano, demostrándole que no le guardaba rencor por no haberle ayudado cuando él lo necesitaba. Daniel le ofreció su ayuda y desde entonces lo han compartido todo.

(Autor: Vicente Aguilar)
PARA HACER
1. En primer lugar, entre todos, se trata de definir la «Desdicha» (buscando en diccionarios, co­mentando otros ejemplos, etc.) y cuantos sinónimos puedan servirnos para identificarla. A continuación, comentamos la parábola.
2. ¿En qué situaciones hemos echado una mano a un amigo/a? Contar ejemplos y describir có­mo se sintió cada uno en tales acciones.
3. Realizar una "encuesta en la calle", buscando la opinión de la gente sobre "la existencia o no de la suerte en la vida" y, en su caso, acerca de "cómo conocieron la suerte". Analizar los re­sultados de la misma.
4. "El amor es la única cosa que crece cuando se reparte": comentar la frase y tratar de extraer consecuencias para la vida diaria personal y del grupo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Canción: Otras Vidas de Carlos Rivera

Parábola: Los bostezos de Dios

Memoria de la Felicidad