El abrazo que cura

 

Una guía de oración y trabajo interior


A veces lo que más necesitamos no es una respuesta, sino un abrazo que nos devuelva el alma al cuerpo.
Esta experiencia une la oración, la reflexión y el arte simbólico para sanar desde dentro, dejando que Dios toque con ternura las heridas que aún duelen.


🌿 Preparar el espacio

Crea un ambiente tranquilo: una vela encendida, música suave, quizá una manta o una cruz.
Respira. Cierra los ojos.
Imagina que Dios está frente a ti, sonriendo, esperándote sin juicio.
Ahora, deja que te hable…


💜 Oración: El Abrazo que Cura

Señor,
a veces llego cansado,
sin fuerzas, con la sensación de que nada cambia.
Pero sé que estás ahí, esperándome sin juicio,
como quien abre los brazos antes de escuchar la historia. 🤲

Me acerco con mis miedos,
con mis heridas que aún duelen,
con las palabras que nunca dije
y los silencios que gritan dentro de mí.

Tócame con tu ternura,
para que el pasado no siga mandando en mi presente.
Abrázame fuerte,
hasta que mis grietas se vuelvan lugares por donde entra tu luz. ✨

Enséñame a abrazar también mi historia,
a perdonarme sin condiciones,
a mirar mi fragilidad sin vergüenza,
porque en ella también vives Tú.

Y cuando abrace a otros,
haz que no den mi abrazo,
sino el Tuyo:
ese que sana sin palabras
y devuelve la paz al alma. 💜

Amén.


🎨 Ejercicio: Dibujo simbólico – “Mi abrazo con Dios”

Después de orar, guarda unos minutos de silencio.
Piensa: ¿qué parte de esta oración resonó más dentro de ti?

Luego, toma una hoja y dibuja un abrazo.
No importa el estilo; puede ser abstracto, con colores, símbolos o trazos libres.
Expresa cómo imaginas el abrazo de Dios en tu vida hoy.

Al terminar, escribe dentro del dibujo una palabra que resuma esa experiencia.
🌿 Paz, consuelo, perdón, descanso, fuerza, esperanza…

💫 No busques que sea bonito; busca que sea verdadero.


💬 Reflexión guiada

Lee despacio esta frase de la oración:

“Tócame la vida, abrázame con mis dificultades, rodéame en mis noches oscuras…”

  • ¿Qué parte de tu vida necesita hoy ese abrazo?

  • ¿Qué te impide acercarte con libertad?

  • ¿A quién necesitas tú ofrecer el abrazo de Dios?

Si estás en grupo, puedes compartir tu palabra o dibujo.
Escucha en silencio, sin juzgar ni interpretar: solo acoge y acompaña.


📖 Palabra que ilumina

“Una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó el borde de su manto... Jesús dijo: ‘Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz.’”
— Lc 8, 43-48

Esta historia nos recuerda que tocar a Jesús con fe es abrir el corazón a la sanación.
El abrazo de Dios comienza cuando nos atrevemos a acercarnos, tal como somos.


🌺 Gesto final

Ponte de pie o cruza los brazos sobre el pecho.
Date un abrazo consciente, lento, profundo.
Respira y repite interiormente:

“Soy amado. Dios me sostiene. Su abrazo me sana.”

Permanece un momento en silencio.
Siente que el amor te envuelve.


🕊️ Para llevar contigo

Guarda esta frase como recordatorio durante la semana:

🌿 “En cada abrazo que doy y recibo, Dios vuelve a tocar mi vida.”


💫 Inspirado en la oración original “¡Abrazo de Dios!” de J. M. de Palazuelo (Cuaderno Joven, MJ 453, 2014).

Versión contemporánea y guía pastoral-terapéutica adaptada por Laboratorio Pastoral.

Comentarios

Entradas populares de este blog

🌍 Misioneros de Esperanza entre los Pueblos

✝️ “DILEXI TE”: Amar, Educar y Servir desde los Pobres

La tabla de multiplicar de Dios